Este domingo terminaba la semana
de asimilación y que mejor manera de terminar que con un día libre para
disfrutar de la bici en compañía del grupo de carreteros de Palencia.
Es verdad que en muchas ocasiones,
a estas alturas del año, ir a Palencia supone un castigo más que un disfrute,
pero ayer fue un día tranquilo, en el que se pudo rodar bien en el grupo, sin
tirones, con una velocidad constante, no demasiado alta y controlada, donde
todo el mundo llego a buen puerto después de 100 km y 3 horillas escasas.
La mañana comenzaba fría, con
bancos de niebla que se agarraban en Palencia manteniendo el pulso al Sol que
esta vez impondría su ley, en un marco, Diciembre, no demasiado propicio para
sus victorias. Después de agruparnos en San José comenzamos la mañana entre la
niebla y el frío. En este crudo ambiente te da tiempo a pensar que el cielo, en
el que me encuentro inmerso es quizá más crudo que las llamas del averno, y
entre risas, tarareando algo de AC/DC intento entrar en calor sorprendido de
las incongruencias de mis pensamientos.
hells bells, hells bells
hells bells, you got me ringing
hells bells, my temperature's high
hells bells
hells bells, you got me ringing
hells bells, my temperature's high
hells bells
Un infierno que se precie ha de
tener su cancerbero y en Palencia tiene nombre y apellidos.
El rabo terminado en punta de
flecha le está creciendo, porque las patas de cabra, juro, yo las he visto, negruzcas, sin carne y llenas
de venas. Cuernos no sé si tiene, aunque cojones no le faltan, porque a su
edad, recordad, el Diablo sabe más por viejo que por Diablo, este sabe como
atormentar a todos aquellos que buscan quietud y paz. El tridente lo lleva en
las ruedas en forma de radios de carbono y quien no se lo crea, que le siga en
uno de sus viajes al infierno, si es que puede, enganchado a su estela o a la
de alguna de sus víctimas que tras él arrastra embriagadas por su olor a
azufre.
Una vez escuché que lo más
importante en el camino de un hombre es el momento en el que abandona su hogar
y el instante en el cual regresa, siendo lo demás transitorio. Mi domingo de
entreno termina en Palencia, unos kilómetros después, después de compartir una
agradable mañana de Enero.
Un saludo.
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